La aromaterapia puede apoyar la salud del sistema inmunológico a través de la inhalación de aceites esenciales que pueden mejorar la función de las células inmunitarias y ayudar a combatir infecciones. El aceite esencial de eucalipto y el de jengibre, por ejemplo, se han asociado con la mejora de la función inmunológica, mientras que el aceite de limón puede ayudar a acelerar la producción de glóbulos blancos.